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Los cuentos de hadas nos enseñan desde la más tierna infancia una serie de lecciones que probablemente llevaremos con nosotros el resto de nuestras vidas.
La famosa historia de los tres cerditos, por ejemplo, nos enseña a ser previsores y a pensar en el futuro, dejando de lado temporalmente los placeres inmediatos.
Moraleja
La historia de los tres cerditos nos enseña que debemos sea reflexivo y pensar a largo plazo.
Dos de los tres hermanos -los más pequeños- eligieron construir su casa deprisa para poder salir a jugar rápidamente. Como tomaron esta audaz decisión, construyeron casas endebles, de paja y madera -nada seguras-, que el lobo feroz no tardó en destruir.
El cuento nos enseña que es necesario no ser corto de vista y pensar sólo en lo que nos da placer.
"Los tres cerditos" enseñan al niño pequeño, de la manera más deliciosa y dramática, que no debemos ser perezosos y tomar las cosas a la flauta, porque si lo hacemos podemos perecer
Bruno Bettelheim - Psicoanálisis de los cuentos de hadas
La planificación es la clave
Mientras que los lechones más jóvenes pueden definirse como ansiosos y perezosos, el hermano mayor es la imagen de la trabajador organizado y precavido .
Su lógica se centraba en planificar el futuro, encontrar una solución segura para él y sus hermanos.
La importancia de la perseverancia
El cuento de los hermanos cerditos también habla de la importancia de persistir para poder ganar.
El cerdito mayor es la personificación de la perseverancia y está decidido a persistir para construir algo sólido que resista la adversidad.
Nos ordena pensar siempre en el futuro e imaginar escenarios no tan agradables para poder defendernos de las desgracias que puedan venir.
Principio de placer frente a principio de realidad
En términos psicoanalíticos podemos decir que los cerditos más jóvenes se regían por el principio del placer, es decir, impulsados por la búsqueda de la alegría inmediata.
El cerdito mayor y más maduro se regía por lo que se denomina el principio de realidad: era el único capaz de posponer su placer por jugar para dedicarse a la ardua tarea de construir algo duradero.
La edad y la experiencia han hecho que el cerdito mayor llegue a una sabia conclusión y comprenda que momentáneamente era necesario posponer su placer.
De hecho, era mejor no tocar cuando él quería para poder levantar una construcción más sólida que acabara salvando a todos.
Según el psicoanalista Bruno Bettelheim:
Viviendo según el principio del placer, los cerditos más jóvenes buscan la gratificación inmediata, sin pensar en el futuro ni en los peligros de la realidad - aunque los cerditos del medio muestran cierta madurez al intentar construir una casa un poco más sustancial que la de los más jóvenes. Sólo el tercero y más viejo de los cerditos ha aprendido a vivir según el principio de la realidad: es capaz deposponer su deseo de jugar, y según su capacidad para predecir lo que puede ocurrir en el futuro.
La historia de los cerditos nos educa para afrontar la difícil elección entre el placer instantáneo y la necesidad de cumplir tareas desagradables.
El cuento enseña especialmente controlar nuestros impulsos dirigida sólo a lo que nos gusta y demuestra que la dedicación recompensa.
Resumen Los tres cerditos
La presentación de la historia
Érase una vez tres hermanos cerditos que vivían con su madre y tenían personalidades muy diferentes.
El mayor tenía la costumbre de ayudar siempre en las tareas domésticas, mientras que los dos más pequeños se entretenían jugando con las tareas del hogar.
La nueva vida independiente, lejos de la madre
Al ver que sus hijos se hacían mayores, la madre de tres hijos dijo que ya era hora de que se fueran de casa para construir una vida independiente.
Los tres hermanos se dirigieron a su nuevo hogar, encontraron un buen lugar en el bosque y decidieron construir tres casitas.
Ver también: Poema Tabacaria de Álvaro de Campos (Fernando Pessoa) analizadoLa construcción de las tres casas
El cerdo más joven construyó una casa de paja porque quería terminar el trabajo rápidamente para poder ir a jugar.
El cerdito del medio -que ya mostraba un poco de preocupación, pero que por otro lado también tenía ganas de ir a jugar- decidió construir su casita de madera.
El más diferente de todos era el cerdo más viejo, que, previendo futuros problemas, decidió dejar a un lado el recreo para dedicarse a la construcción de una casa sólida y segura hecha de ladrillos y cemento.
La llegada del lobo
Un buen día llegó el temido lobo.
Primero golpeó la casa del cerdo más joven, hecha de paja. El cerdo más joven, sabiendo que la construcción no se mantendría en pie, corrió a la casa de su hermano, que estaba al lado.
El lobo fue entonces a la segunda casa, la de madera. También llamó y los cerditos no abrieron. Temerosos del futuro, corrieron a la casa del tercer cerdo, hecha de ladrillo y cemento.
El lobo, de un soplido enorme, destruyó rápidamente las dos primeras casas (la de paja y la de madera), pero cuando llegó a la tercera, de cemento y ladrillo, ni con toda la fuerza de sus pulmones pudo alterar la casa ni un milímetro -era realmente una construcción resistente-.
El último intento del lobo: la entrada por la chimenea
Persistente, el lobo no se dio por vencido cuando vio que no podía volar la tercera casa. Observando la construcción se fijó en una posible entrada: la chimenea.
Ver también: Película Vida María: resumen y análisisSin embargo, el cerdo mayor, prevenido ante los posibles ataques del lobo, ya había colocado un enorme caldero de sopa hirviendo bajo la chimenea.
Cuando el lobo intentó entrar en la casa por la chimenea, cayó inmediatamente en la caldera hirviendo y huyó, dejando a los tres cerditos sanos y salvos.
¿Te ha gustado la historia? Aprende más sobre el cuento Los tres cerditos.
Adaptación de dibujos animados
Vea la adaptación de Disney del cuento de los Tres Cerditos, estrenada en mayo de 1933:
El cuento de los Tres Cerditos - DISNEY