A Cidade e as Serras: análisis y resumen del libro de Eça de Queirós

A Cidade e as Serras: análisis y resumen del libro de Eça de Queirós
Patrick Gray

Tabla de contenido

La ciudad y las montañas es una novela del escritor portugués Eça de Queirós, publicada en 1901, y es un desarrollo del relato corto Civilización .

El libro trata de la relación de Jacinto con el civilizado París y el tranquilo Tormes.

[atención, el texto a continuación contiene spoilers]

Sinopsis

La novela de Eça de Queirós cuenta la historia de Jacinto, un descendiente de portugueses que nace y crece en París, narrada por su mejor amigo, Zé Fernandes.

Jacinto tuvo una infancia acomodada y afortunada en el centro de la capital francesa, donde desarrolló su amor por la civilización y el progreso.

La ciudad, sin embargo, no parece hacerle ningún bien a Jacinto. La narración da un giro cuando recibe una carta de Tormes, en la que le habla de una tormenta que destruyó la iglesia de su finca donde estaban enterrados sus viejos parientes.

Jacinto decide ir a las Sierras para la inauguración de la iglesia. Tras algunas dificultades en el viaje, llega a Tormes. Las Sierras le sientan bien y allí se establece, se casa y tiene dos hijos.

La ciudad y las montañas y la producción literaria de Eça de Queirós

Se trata de un novela póstuma La obra de Eça de Queirós puede dividirse en tres fases: prerrealista, realista y postrealista. La ciudad y las montañas está en esta última.

Sus mejores obras son de la segunda fase, en la que el novelista hace duras críticas a la sociedad portuguesa En la última fase, el autor parece reconciliarse con su país, algo que podemos observar en esta novela.

El campo portugués se enaltece por el autor, con su exuberancia natural y sus gentes sencillas pero trabajadoras y correctas.

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En el contexto de la obra de Eça, esta exaltación del campo puede entenderse también como una crítica a la sociedad urbana portuguesa, muy influida por las costumbres francesas.

Pero lo que más la cautivó fue el tremendo apetito de Jacinto, la entusiasta convicción con que, amontonando montones de cabidela en su plato, luego altas montañas de arroz al horno, después filetes con numerosas cebollas, exaltaba nuestra cocina, jurando que nunca había probado nada tan sublime.

La ciudad de este libro es París, lo que puede entenderse como una analogía con la élite portuguesa que se inspiraba en las costumbres parisinas. Esta ciudad fue también la última residencia del autor, donde murió.

Antecedentes históricos

El final del siglo XX y el principio del XXI estuvieron marcados por el auge de las ideas positivistas y las teorías civilizadoras. El método científico y las innovaciones tecnológicas, fruto de la industrialización, mostraban un brillante futuro por delante.

Sin embargo, al mismo tiempo que crecían las ciudades y prosperaban las élites, una masa de proletarios expulsados del campo se instalaba en la periferia de los grandes centros urbanos, viviendo en situaciones precarias.

Avenida de los Campos Elíseos de París, donde vivía Jacinto.

Análisis de La ciudad y las montañas

La obra de Eça nos muestra una visión crítica de París y de la élite positivista, que cree que la tecnología y el conocimiento llevarán a la sociedad a una época de felicidad y prosperidad. Sin embargo, esta misma élite vive aburrida en medio de la ciudad, entablando relaciones banales, basadas en intereses y sin ninguna profundidad.

Las teorías filosóficas expuestas por el autor sirven, sobre todo, para justificar la actitud del protagonista Jacinto. Al principio de la novela, su máxima filosófica puede resumirse en una fórmula matemática: suma ciencia por suma potencia es igual a suma felicidad.

La novela presenta inicialmente a un personaje lleno de fortuna y felicidad, apodado Príncipe de la Gran Ventura por el narrador. Sin embargo, la vida en París se revela llena de apariencias y con poco sentido.

Una noche, en mi habitación, quitándome las botas, consulté a Grillo:

- Jacinto está tan marchito, tan jorobado... ¿Qué pasa, Grillo?

El venerable negro declaró con inmensa seguridad:

- Su Excelencia sufre de abundancia.

Jacinto se deprime y comienza a interesarse por el pesimismo. Esta corriente filosófica sirve de justificación para explicar el malestar de Jacinto, que abandona sus actividades para quedarse en casa.

El panorama de la ciudad se completa cuando Jacinto y Zé Fernandes contemplan París desde lo alto de una colina. La ciudad es gris, sus afueras enormes y sin vida, el avance de la civilización parece traer más miseria que felicidad.

Pero, ¡qué, mi Jacinto! tu Civilización exige insaciablemente galas y pompas, que sólo obtendrá, en esta amarga desarmonía social, si el Capital da al Trabajo, por cada jadeante esfuerzo, una migaja con un bocado ¡Es irremediable, pues, que la plebe sirva, que la plebe cribe!

Eça no niega las comodidades de la civilización ni el aspecto positivo de una sociedad cosmopolita, que acepta la diferencia con más facilidad que la sociedad rural.

En las montañas del Duero, Jacinto es visto inicialmente con recelo. Debido al pasado de su familia, sus vecinos lo consideran un miguelista.

En París, el circuito de amigos de Jacinto es más receptivo y está formado por una enorme variedad de personas. Aun así, lo que está en juego en estas relaciones son intereses mundanos, no afinidades.

En oposición al lugar infértil que es la ciudad, Eça presenta las montañas del Duero como un lugar fértil, lleno de vida y felicidad. La descripción de las montañas es extensa y detallada, especialmente su exuberancia natural.

En la montaña o en la ciudad todo el mundo espera a su Rey Sebastián. Incluso la lotería de la Misericordia es una forma de sebastianismo.

También se exalta la comida de la serra como algo natural y bueno frente a la comida de París, llena de salsas y caldos, que ocultan la verdadera esencia de los alimentos.

En las montañas de Eça de Queirós también hay hambre y miseria, pero en este caso Jacinto puede remediar la situación y proporcionar dignidad a la gente sencilla de la tierra.

Interpretación

La ciudad y las montañas es un libro que nos presenta dos escenarios diferentes, París y Tormes. La unidad de estos escenarios nos la da el protagonista Jacinto y su estado anímico.

La narración propone una lectura de los valores que no es estática. Al principio, la tesis de Jacinto y de la novela es que la civilización es el poder más alto y la felicidad más elevada. Por otro lado, la antítesis es que las sierras son un lugar donde la naturaleza florece y oprime al hombre, que tiene que competir con ella por el espacio y el alimento.

A lo largo de la novela, la teoría de Jacinto empieza a demostrarse errónea. A pesar de estar en la ciudad y rodeado del máximo poder civilizador, Jacinto no se siente feliz. La tesis inicial queda desmentida, y también la antítesis.

Entonces comprendí que, en verdad, en el alma de Jacinto se había establecido el equilibrio de la vida, y con él la Gran Empresa, de la que él había sido durante tanto tiempo el Príncipe sin Principado.

El viaje de Jacinto a las sierras presenta la síntesis de la novela. Las sierras en su estado natural también presentan males, como el hambre y la miseria, pero la intervención civilizadora de Jacinto remedia la situación.

El gran poder de la civilización ofrece tantas posibilidades y tantos caminos que el individuo no puede ser feliz porque una oferta tan enorme impide la acción, mientras que la montaña, con su naturaleza, es una invitación a la acción. Sin embargo, no tiene los aspectos positivos que ofrece la civilización.

La síntesis es la vida en las sierras con algunas comodidades de la civilización que le permiten a Jacinto gozar de "algún" poder para alcanzar la felicidad definitiva.

Personajes principales

Jacinto

Es el protagonista, el Príncipe de Grand Venture, rico, sano e inteligente, con una infancia feliz en París, entusiasta de la civilización, las nuevas tecnologías y la erudición.

Zé Fernandes

Es el narrador y el mejor amigo de Jacinto. Tiene una pequeña propiedad en las montañas cercanas a Tormes. Conoce a Jacinto en la escuela de París y visita su palacio en los Campos Elíseos.

Cricket

Es el criado más antiguo de Jacinto, le acompaña desde la infancia.

Don Galeão

Es el abuelo de Jacinto, que dejó Portugal para trasladarse a París.

Mariquita

Es prima de Zé Fernandes, vive en la montaña y está casada con Jacinto, con quien tiene dos hijos.

Resumen

El principio narrativo

La novela comienza con la historia de los antiguos Señores de Tormes. Don Galeão, caminando por las calles de Lisboa, resbala con una cáscara de naranja y es rescatado por Don Miguel. A partir de ese día se convierte en simpatizante y defensor del monarca.

Casa de Tormes en las Sierras.

En 1831, Pedro regresó a Portugal y reclamó el trono. Más que una disputa por el poder, los dos hermanos representaban ideas diferentes: Miguel era conservador y absolutista y Pedro liberal.

El traslado a París

Con la victoria del liberalismo y la caída de Dom Miguel, Dom Galeão abandonó Portugal y se trasladó a París, a un palacio situado en el número 202 de la avenida de los Campos Elíseos.

En la capital francesa nace su hijo Cintinho, un niño débil que se convierte en un adulto enfermizo. Cintinho está enamorado de la hija del juez y no abandona París para casarse con ella. Muere poco después de la boda, pero tiene un hijo, Jacinto, con Teresinha Velha.

Jacinto es un niño fuerte, muy inteligente y afortunado. Pasa su infancia sin contraer ninguna enfermedad y saca buenas notas en la escuela secundaria. De adolescente no sufre de sentimentalismo exagerado.

Jacinto, en cambio, tiene una vida ideal: sus amigos son leales, independientemente de sus posesiones, su inteligencia y talento son reconocidos y sólo ha probado la miel del amor.

Sin interés en su partido, Jacinto no se esmeró en componerlo con relieve o brillantez.

Jacinto bendito

La suerte de Jacinto es tal que el narrador y su amigo del instituto, Zé Fernandes, le apodan el Príncipe de la Gran Aventura. Jacinto es un ciudadano de París, cosmopolita y con toda la suerte a su favor, fuertemente influido por las ideas positivistas y el avance de la civilización.

Desarrolló algunas teorías que demostraban la superación de las ciudades sobre la vida en el campo. Estas ideas impresionaron a la gente de su círculo porque todos creían que el desarrollo tecnológico y la erudición eran el camino hacia la felicidad de los individuos. Y sólo en la ciudad se podía aprovechar al máximo el poder de estos dos factores.

Dos impulsos únicos, correspondientes a dos funciones únicas, parecían estar vivos en aquella multitud: el beneficio y el disfrute.

Jacinto es la representación de esa máxima felicidad que la ciudad puede dar al hombre. Con posesiones casi ilimitadas y una gran fortuna, vive París rodeado de las más recientes innovaciones y ha acumulado una gran erudición.

Zé Fernandes y Jacinto viven juntos en París hasta que Zé Fernandes tiene que volver a su pueblo de Guidões, en el Duero, donde pasa siete años administrando la hacienda de su familia.

El regreso a París

Cuando regresa a París, Zé Fernandes encuentra a su Príncipe de Gran Ventura en una situación totalmente distinta a la que tenía cuando abandonó la capital francesa. Jacinto está delgado y pálido, con una agenda repleta de tareas y compromisos mundanos que no parecen proporcionar ningún placer al Príncipe.

El palacio de Jacinto está lleno de las más diversas innovaciones tecnológicas. Hay innumerables inventos hechos para facilitar algunas tareas cotidianas, pero parecen tener vida propia y amenazar a sus usuarios. Mientras revisa el escritorio de Jacinto, Zé Fernandes se corta al intentar tocar uno de estos aparatos.

La biblioteca de la sala 202 está repleta de libros: más de 30.000 volúmenes ocupan todas las paredes de la sala, oscurecida por las pilas de libros que cubren las ventanas.

Y liberado al fin de la asfixiante envoltura de su inmensa Biblioteca, mi afortunado amigo comprendió por fin el incomparable deleite de leer un libro.

Una vida cotidiana infeliz

Sin embargo, incluso con todas las innovaciones y toda la erudición posible, Jacinto no parece feliz en París. Su filosofía no parece surtir el efecto deseado. El máximo avance y la máxima erudición no han traído la máxima felicidad.

La narración continúa con algunos encuentros mundanos que resultan más molestos que entretenidos. Los avances tecnológicos de la casa causan más problemas que facilidades. Durante una importante cena con el Gran Duque, el ascensor que llevaría la comida de la cocina a la despensa se detiene y los invitados se quedan sin el plato principal que había quedado varado.

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Otro suceso es una fuga en las tuberías de agua caliente, que han convertido el palacio en un río de agua hirviendo. Jacinto, sin embargo, no parece inmutarse por estos fracasos y sigue con su filosofía. Lleva a cabo una reforma de la casa, compra más libros y llena su palacio de más inventos, con la esperanza de que alguno de ellos le traiga la satisfacción que cree que sólo puede encontraren la ciudad.

El burgués triunfa, muy fuerte, todo endurecido en el pecado - y contra él son impotentes los gritos de los Humanitarios, los razonamientos de los Lógicos, las bombas de los Anarquistas.

Jacinto insiste en el máximo avance y la máxima erudición. Mientras sigue equipando la casa con nuevos inventos, recibe una carta en la que se le informa de una tormenta en Tormes, que ha provocado el derrumbe de la pequeña iglesia de su finca junto con los huesos de sus antiguos familiares.

El Príncipe ordena la reconstrucción de la iglesia y empieza a surgir la idea de ir a Tormes para la reinauguración del espacio. Mientras tanto, la vida sigue en París e incluso Zé Fernandes empieza a dejarse influir por la ciudad. Se enamora de una prostituta de lujo, gasta todo su dinero en esta mujer, hasta que ella desaparece y lo deja abandonado en París.

La vuelta al Tormes

Jacinto decide ir hasta las sierras para la inauguración de la iglesia. Comienzan los preparativos del viaje. El Príncipe está muy ilusionado con los planes del viaje, pretende llevar su gran civilización hasta Tormes.

Cajas y más cajas fueron enviadas desde París a las montañas con meses de antelación para que Jacinto pudiera llegar a la finca y encontrar las mismas comodidades de su palacio de la 202.

El día de su viaje, Jacinto y Zé Fernandes salen de París con aún más equipaje para emprender el largo viaje en tren hasta Tormes. Debido a una tormenta, el tren tarda en llegar a España, y los dos amigos son trasladados apresuradamente a otro vagón para poder continuar su viaje.

Durante el transbordo del tren, las maletas y el criado se quedan atrás. Jacinto y Zé Fernandes llegan a Tormes vistiendo sólo la ropa que llevan puesta. Tras el largo y agotador viaje, los dos amigos esperan encontrar en la estación al administrador de la finca de Tormes o al cuidador con los caballos para subir la sierra hacia la finca de Jacinto.

¡Claro, Zé Fernandes! Con la certeza de Descartes: "¡Pienso, luego huyo!" ¿Cómo quieres, en esta choza, sin cama, sin sillón, sin libro?

Pero nadie aparece por la estación. Sorprendidos, Jacinto y Zé Fernandes cogen un burro para subir a la montaña. Cuando llegan a la casa de Tormes, se encuentran con otra sorpresa. Las obras de la casa aún no están terminadas y las cajas enviadas desde París no habían llegado.

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Una decepción y una agradable sorpresa

Muy tarde y cansados, los dos deciden pasar la noche en la propiedad desprovista de todo lujo. Jacinto se encuentra sumamente molesto con la falta de lujo y con la confusión en que se ha convertido su viaje planeado. Tanto es así que decide partir hacia Lisboa al día siguiente.

Sin embargo, incluso en medio de tantas decepciones, Jacinto tuvo su primera buena experiencia en la montaña, una cena sencilla pero extremadamente sabrosa. Al día siguiente, Zé Fernandes partió para Guidões y envió a Jacinto una muda de ropa limpia.

Zé Fernandes vuelve a su rutina en las sierras y pasa meses sin noticias de Jacinto, que cree que se queda en Lisboa. Hasta que se entera de que su Príncipe no había salido de Tormes.

Porque el dueño de treinta mil volúmenes era ahora, en su casa de Tormes, tras resucitar, el hombre que sólo tiene un libro.

El encuentro entre Fernandes y Jacinto

Fernandes parte hacia Tormes en busca de su amigo. Allí encuentra a Jacinto fuerte y feliz, pues hacía tiempo que no iba a París. Jacinto se instala en las sierras, pero su espíritu sigue ligado a la ciudad.

El Príncipe tiene planes extravagantes para la propiedad, como una quesería importada de Suiza y un huerto con todas las especies del mundo, pero poco a poco llega a comprender la sencillez de las montañas y la acepta.

Descubrir Portugal

Jacinto está deslumbrado por la tierra hasta que se da cuenta de la miseria y el hambre que también existen en su propiedad. Promueve una mejora en todas las casas de su propiedad y su benevolencia con los pobres empieza a ser conocida en toda la sierra.

En diciembre, Zé Fernandes cumple años y para conmemorarlo prepara una cena y un baile en casa. Es la ocasión que tiene de presentar a Jacinto a sus vecinos, amigos y familiares.

La cena no transcurre como se esperaba, los invitados no se animan y parecen un poco recelosos de su invitado especial. Pronto descubre que en la sierra se sospecha que Jacinto es miguelista, como su abuelo.

Y yo ahora, furioso por aquella dispar invención, que rodeaba de hostilidad a mi pobre Jacinto, estropeaba aquella hermosa velada de años....

A Jacinto le hace gracia la historia. Una de las intenciones de Zé Fernandes era poder presentar a su Príncipe a su prima, sin embargo, ella no puede acudir a la cena debido a la enfermedad de su padre. Fernandes lleva a Jacinto a casa de su prima al día siguiente para presentarlos.

Pocos meses después se casan y empiezan a vivir en Tormes, donde tienen dos hijos, una niña y un niño. La civilización avanza un poco en la montaña, pero de forma muy discreta, con teléfonos que conectan la casa de Tormes con algunos servicios esenciales y con el amigo Zé Fernandes, en Guidões.

Zé Fernandes sigue volviendo a París, pero sólo para confirmar que la civilización sigue siendo la misma, con sus anuncios, sus caras llenas de polvo de arroz y sus teatros de variedades.

Leer La ciudad y las montañas

La novela La ciudad y las montañas de Eça de Queirós, puede leerse íntegramente en formato pdf.

Escuchar La ciudad y las montañas

AUDIOBOOK: "A cidade e as Serras" de Eça de Queirós

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    Patrick Gray
    Patrick Gray
    Patrick Gray es un escritor, investigador y empresario apasionado por explorar la intersección de la creatividad, la innovación y el potencial humano. Como autor del blog "Culture of Geniuses", trabaja para desentrañar los secretos de equipos e individuos de alto rendimiento que han logrado un éxito notable en una variedad de campos. Patrick también cofundó una firma de consultoría que ayuda a las organizaciones a desarrollar estrategias innovadoras y fomentar culturas creativas. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones, incluidas Forbes, Fast Company y Entrepreneur. Con experiencia en psicología y negocios, Patrick aporta una perspectiva única a su escritura, combinando conocimientos basados ​​en la ciencia con consejos prácticos para lectores que desean desbloquear su propio potencial y crear un mundo más innovador.