Las 10 mejores obras de Frida Kahlo (y sus significados)

Las 10 mejores obras de Frida Kahlo (y sus significados)
Patrick Gray

Frida Kahlo es el nombre artístico de Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón (1907-1954), una singular mexicana nacida en Coyoacán el 6 de julio de 1907.

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Aunque los registros indican que Frida nació en 1907, la pintora afirmaba que vino al mundo en 1910 porque ese fue el año de la Revolución Mexicana, de la que se sentía tan orgullosa.

Polémica, controvertida, autora de fuertes pinturas y de un estilo frontal, Frida se convirtió en el rostro de México y pronto conquistó el mundo con sus poderosos lienzos.

1. Las dos Fridas (1939)

Las representaciones de las dos Fridas están dispuestas sobre un único y sencillo taburete verde sin respaldo. Los dos personajes están unidos por las manos y llevan vestidos completamente diferentes: mientras una de ellas lleva un tehuana La otra lleva un pomposo vestido blanco de estilo europeo con cuello alto y elaboradas mangas. Ambas representan a diferentes personalidades experimentadas por Frida .

Como reflejadas en un espejo, ambas Fridas llevan un semblante cerrado, reflexivo y sombrío. Este doble autorretrato fue realizado poco después de que la pintora se divorciara del amor de su vida Diego Rivera.

Llenas de sufrimiento, ambas muestran su corazón: la Frida vestida de europea exhibe unas tijeras quirúrgicas ensangrentadas. Una sola arteria (y sangre) une a las dos Fridas en el lienzo pintado en 1939.

Frida, a la derecha, lleva en sus manos lo que parece ser un amuleto, un retrato atribuido a Rivera cuando era niña, del que sale una fina vena que sube por el brazo de la pintora y conecta con su corazón, demostrando la importancia vital de su ex marido en su vida.

En el fondo de la imagen vemos densas nubes que parecen anticipar una tormenta.

Conozca un análisis en profundidad del cuadro de Frida Kahlo Las dos Fridas.

2. La columna rota (1944)

El lienzo de arriba, pintado en 1944, está profundamente ligado a la vida de la pintora e ilustra su sufrimiento tras una operación a la que se sometió en la columna vertebral.

En la imagen vemos a Frida apoyada en una columna griega que parece rota, fracturada, y su cabeza descansa encima de la columna. En el cuadro Frida presenta un corsé que, de hecho, habría llevado durante el periodo de recuperación de la operación.

En el rostro del artista se lee expresión de dolor y sufrimiento Frida mantiene un mirada severa y perseverancia Al fondo, en el paisaje natural, vemos un campo seco, sin vida, como probablemente sintió el pintor.

Todo el cuerpo de Frida está atravesado por clavos, una representación del sufrimiento permanente que sentía.

Aunque están repartidos por todo el cuerpo, algunos clavos son más grandes y aluden a los puntos donde Frida sentía más dolor. Cabe destacar, por ejemplo, la presencia de un enorme clavo -el mayor de todos- situado justo al lado del corazón.

3. Hospital Henry Ford (1932)

El cuadro de arriba es extremadamente personal y representa un período doloroso en la vida de Frida Kahlo. La pintora, que siempre tuvo el sueño de ser madre, sufrió un aborto espontáneo durante su estancia en Estados Unidos.

El embarazo ya presentaba complicaciones, por lo que los médicos recomendaron reposo absoluto. A pesar de todos los esfuerzos, el embarazo no salió adelante y Frida perdió al bebé. El aborto comenzó en casa, pero acabó produciéndose en el hospital Henry Ford (que da nombre al cuadro y está inscrito junto a la cama).

Profundamente deprimido, el pintor pidió que le dejaran llevarse el feto a casa, pero no se lo permitieron Basándose en los dibujos de su marido y con la descripción de los médicos, Frida eternizó a su hijo muerto en el lienzo que pintó en 1932.

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Alrededor de la pintora, que está acurrucada en la cama, sangrando, flotan seis elementos. Además del feto muerto, en el centro del lienzo, encontramos un caracol (según la propia pintora, símbolo de la lentitud del aborto) y una escayola ortopédica. En la parte inferior vemos el símbolo de una máquina (presumiblemente un esterilizador de vapor utilizado probablemente en el hospital), un hueso de la cadera y una orquídea lila,que hubiera ofrecido Diego Rivera.

4. El ciervo herido (1946)

Pintado en 1946, el cuadro El ciervo herido presenta un criatura metamorfoseada En la expresión de la pintora no vemos ni miedo ni desesperación, Frida tiene un aire sereno y compuesto.

La elección del animal no es fortuita: el ciervo es un ser que representa, al mismo tiempo, elegancia, fragilidad y delicadeza .

Atravesado por nueve flechas, el animal sigue perseverando, moviéndose. Cinco de ellas impactan en el lomo y cuatro se clavan en el cuello y cerca de la cabeza. Aunque profundamente herido (¿ha sido alcanzado por un cazador?), el ciervo continúa su camino.

Leemos en la postura del animal una identificación con el comportamiento de Frida, que seguía adelante a pesar de su dolor físico y psicológico.

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5. Self-Portrait con vestido de terciopelo (1926)

Los autorretratos son bastante habituales en la producción del pintor mexicano. Éste es aún más especial porque fue considerado el La primera obra de arte de Frida Kahlo pintada en 1926 para su antiguo prometido Alejandro Gómez Arias.

La fisura para autorretratarse surgió tras un accidente de tranvía en 1925, cuando Frida tuvo que someterse a una serie de intervenciones quirúrgicas y quedó postrada en una cama de hospital al borde de la muerte.

Aburrida, con movimientos limitados, sus padres tuvieron la idea de instalar un caballete adaptado sobre su cama y llevarle material de pintura. También instalaron espejos en su habitación para que Frida pudiera verse desde distintos ángulos.

Como pasaba mucho tiempo sola, Frida intuyó que era su mejor tema y de ahí surgió la idea de invertir en la pintura de autorretratos. Una cita famosa de la pintora es:

"Me pinto a mí mismo porque estoy solo y porque soy el sujeto que mejor conozco"

En el fondo de Autorretrato con vestido de terciopelo vemos el mar, símbolo de la vida, y una sola nube que nos recuerda las dificultades del camino.

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6. Mi nacimiento (1932)

El lienzo Mi nacimiento, pintado en 1932, representa el parto que dio lugar al nacimiento de Frida Kahlo. La impactante imagen muestra a la madre cubierta con una sábana blanca, como si estuviera muerta.

Un dato de la vida personal de la pintora: la madre de Frida sufría depresión posparto. Además de no poder amamantar a su hija, Matilde Calderón se quedó embarazada sólo dos meses después de dar a luz a Frida. Por estos motivos, Matilde entregó a la niña a una nodriza.

En el lienzo se lee el abandono y el desamparo del bebé que sale prácticamente solo del vientre materno. La niña parece nacer como resultado de su propia acción, sin la participación de la madre. El cuadro presenciar esta soledad inicial que Frida llevaría consigo el resto de su vida .

En la parte inferior de la cama podemos ver una imagen religiosa de la Virgen de las Lamentaciones, cabe recordar que la madre de Frida era profundamente católica.

7. Mi niñera y yo (1937)

Cuando Frida nació, su madre, Matilde Calderón, no tenía leche para amamantarla. Se especula que la madre también pasó por un severo periodo de depresión postnatal y cuando la bebé tenía sólo 11 meses Matilde dio a luz a una nueva bebé, Cristina. Por estas razones Frida fue confiada a una nodriza indígena, una práctica relativamente común en México en aquella época.

El cuadro de Frida, realizado en 1937, recoge este momento de su vida. Inquietante, la imagen presenta la figura de la propia pintora con el cuerpo de un bebé y la cabeza de un adulto La niñera, por su parte, no tiene rasgos definidos y aparece como una persona anónima que porta una máscara precolombina. Al fondo vemos un paisaje natural de un lugar no identificado.

Del pecho de la niñera brota la leche que alimenta a la pequeña Frida. Vemos la imagen de la abundancia en el pecho derecho de la niñera, en el izquierdo, donde está Frida, observamos un dibujo más técnico de los caminos que conducen a la glándula mamaria.

Aunque físicamente están cerca -el bebé está en el regazo de la niñera-, ambas figuras parecen emocionalmente distante Ni siquiera se miran.

8. Mis abuelos, mis padres y yo (1936)

El lienzo pintado en 1936 por Frida Kahlo es un creativo árbol genealógico ilustrado La niña del centro es Frida, que debía de tener unos dos años, mientras sujeta una cinta roja que muestra las generaciones de la familia.

La niña, desnuda, está de pie, en grandes proporciones, pisando un árbol, demostrando que está conectada a sus raíces. Justo encima de ella están los padres de la pintora, en una imagen que parece inspirada en su fotografía de boda. En el vientre de la madre está Frida, todavía un feto, conectada por el cordón umbilical. Justo debajo del feto hay una ilustración del encuentro de un óvulo con un espermatozoide.

Junto a la madre de Frida están sus abuelos maternos, el indio Antonio Calderón y su esposa Isabel González y González. Junto a su padre están sus abuelos paternos, los europeos Jakob Heinrich Kahlo y Henriette Kaufmann Kahlo.

El lienzo ilustra la genealogía híbrida de Frida y a través de él podemos, por ejemplo, rastrear las características físicas de la pintora. Se dice que de su abuela paterna la pintora heredó sus características cejas gruesas y tejidas.

Al fondo vemos una zona verde con cactus típicos del centro de México y un pequeño pueblo.

9. Frida y Diego Rivera (1931)

El cuadro que lleva el nombre de la pareja más famosa del mundo de las bellas artes mexicanas fue pintado en 1931 y regalado por Frida a su amigo y mecenas Albert Bender.

La paloma que aparece volando sobre la cabeza de la pintora lleva una pancarta en la que se lee: "Aquí me ven a mí, Frieda Kahlo, con mi amado esposo Diego Rivera. Pinté este retrato en la hermosa ciudad de San Francisco, California, para nuestro amigo, el Sr. Albert Bender, en el mes de abril del año 1931".

Por aquel entonces, Frida acompañaba a su marido, el muralista Diego Rivera. Acababan de casarse y el famoso pintor mexicano había sido invitado a realizar una serie de murales en la Escuela de Bellas Artes de California y en la Bolsa de San Francisco.

En el cuadro vemos a Diego con sus herramientas de trabajo en la mano derecha -los pinceles y la paleta-, mientras que en la izquierda sujeta a Frida, que en esta ocasión se limita a acompañar a su marido en su viaje de trabajo.

Rivera cobra protagonismo en la pintura En la vida real el pintor era un hombre efectivamente robusto y más grande que Frida (exactamente 30 centímetros), en la imagen vemos evidenciada esta diferencia de dimensiones.

10. El tranvía (1929)

Un accidente de tranvía fue uno de los principales acontecimientos trágicos que marcaron la vida de Frida Ocurrió el 17 de septiembre de 1925 cuando la pintora viajaba con su novio a Coyoacán, el accidente que cambió la vida de Frida para siempre y que quedó eternizado en el lienzo que pintó en 1929.

Tras el accidente, la pintora tuvo que someterse a una serie de intervenciones quirúrgicas y estuvo postrada en una cama de hospital durante meses, lo que la llevó a pintar en un caballete colocado sobre su cama. Además de verse obligada a interrumpir su vida, Frida también quedó con secuelas considerables tras el accidente.

En el registro pintado vemos a cinco pasajeros y un niño sentados tranquilamente en un banco, esperando a que llegue su destino final. El niño es el único que mira hacia el exterior, al paisaje. Siguiendo con el tema del paisaje, es curioso que uno de los edificios lleve en su fachada el nombre de La Risa, que significa en portugués O Riso (La risa).

En el banco los pasajeros tienen posturas completamente diferentes: vemos a una mujer descalza de origen indígena y a un obrero con mono de trabajo mientras observamos a una pareja bien vestida y a una señora que parece ser ama de casa.

La estética de Frida

Profundamente creativo, en la vasta obra del pintor mexicano podemos encontrar algunos patrones como el uso de colores vivos y la repetición de algunos temas que mueven la estética del creador.

Entre sus temas más frecuentes se encuentran:

Autorretratos

A consecuencia de un accidente en su juventud, Frida estuvo postrada en cama durante mucho tiempo, lo que llevó a sus padres a instalar un caballete bajo su cama y algunos espejos en su habitación.Terciopelo y Autorretrato con collar de espinas y colibrí

Representaciones de la familia

El lugar de nacimiento de Frida quedó registrado en su pintura no sólo como una fuente de sufrimiento, sino también como una forma de que la pintora percibiera su genealogía y su origen. Este tema -uno de los más poderosos de su producción- suele estar representado por los cuadros Mi nacimiento y Mis abuelos, mis padres y yo.

Amor

Diego Rivera, el muralista mexicano, fue innegablemente el gran amor de la vida de Frida Kahlo. Las consecuencias de esta arrolladora relación también quedaron retratadas en muchos de los cuadros del pintor. Los principales cuadros que recogen el encuentro de la pareja son: Frieda y Diego Rivera, Diego y yo y Diego en mis pensamientos.




Patrick Gray
Patrick Gray
Patrick Gray es un escritor, investigador y empresario apasionado por explorar la intersección de la creatividad, la innovación y el potencial humano. Como autor del blog "Culture of Geniuses", trabaja para desentrañar los secretos de equipos e individuos de alto rendimiento que han logrado un éxito notable en una variedad de campos. Patrick también cofundó una firma de consultoría que ayuda a las organizaciones a desarrollar estrategias innovadoras y fomentar culturas creativas. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones, incluidas Forbes, Fast Company y Entrepreneur. Con experiencia en psicología y negocios, Patrick aporta una perspectiva única a su escritura, combinando conocimientos basados ​​en la ciencia con consejos prácticos para lectores que desean desbloquear su propio potencial y crear un mundo más innovador.