9 obras de Miguel Ángel que muestran todo su genio

9 obras de Miguel Ángel que muestran todo su genio
Patrick Gray

Miguel Ángel fue uno de los grandes genios del Renacimiento italiano, y a día de hoy su nombre pervive como uno de los artistas más grandes e importantes de todos los tiempos. Aquí veremos 9 de sus obras más importantes.

1. escalera Madonna

Virgen de la Escalera - 55,5 × 40 cm - Casa Buonarroti, Florencia

La Virgen de la Escalera es un bajorrelieve de mármol esculpido entre 1490 y 1492. La obra fue terminada antes de que Miguel Ángel cumpliera 17 años y mientras aún estudiaba en los jardines de los Médicis en Florencia con Bertolo di Giovanni.

Este bajorrelieve muestra a la Virgen sentada en una escalera sosteniendo y cubriendo con un manto a su hijo dormido.

Unas escaleras completan el resto del fondo y, al fondo, en lo alto de estas escaleras, vemos a dos niños (putti) jugando, mientras un tercero está recostado en la barandilla.

Un cuarto niño se sitúa detrás de la Virgen y ayudará al niño reclinado a estirar una sábana (en alusión al sudario de la Pasión de Cristo) que ambos sostienen.

En esta obra destaca la herencia clásica, helenística, romana, y en ella encontramos la idea de ataraxia (concepto de la filosofía epicúrea) que consiste en la ausencia de inquietud del espíritu.

La diferencia entre este concepto y la apatía es que en la ataraxia no hay negación ni eliminación de los sentimientos, sino que se promueve la felicidad tratando de encontrar la fuerza para superar el dolor y las dificultades.

Así, la Virgen se muestra impasible ante la contemplación del futuro sacrificio de su hijo, no porque no sufra, sino porque debe encontrar la manera de superar estoicamente ese dolor.

Para realizar este bajorrelieve, Miguel Ángel recurrió a una técnica de Donatello (1386 - 1466, escultor renacentista italiano), el "sticiatto" (aplanado).

2. centauromachia

Centauromachia - 84,5 × 90,5 cm - Casa Buonarroti, Florencia

Realizado después de la Madonna de la Escalera, Centauromachia (Batalla de los Centauros), es un relieve en mármol ejecutado hacia 1492, cuando Miguel Ángel aún estudiaba en los jardines de los Médicis.

Representa la batalla entre los centauros y los lápridos, cuando, durante el matrimonio de la princesa Hipodamia y Pyrhitoo (rey de los lápridos), uno de los centauros intentó raptar a la princesa, lo que provocó la batalla entre las partes.

Los cuerpos están contorsionados y enredados, lo que dificulta distinguir quién es quién. Unos están enredados en otros, otros en el suelo derrotados, todos transmiten la urgencia y la desesperación de una batalla.

Con esta obra el joven Miguel Ángel ya asume su obsesión por el desnudo, pues para él la belleza humana era expresión de lo divino y por tanto contemplar una obra que representa esa belleza a través de la desnudez, es contemplar la excelencia de Dios.

Este relieve está intencionadamente inacabado, algo característico de la obra de Miguel Ángel, que asume así lo incompleto como categoría estética, el "non finito".

Aquí sólo están trabajadas y pulidas partes de los cuerpos (sobre todo los troncos de las figuras), mientras que las cabezas y los pies están incompletos.

3. pietà

Piedad - 1,74 m x 1,95 m - Basílica de San Pedro, Vaticano

Debido al impacto de la muerte de Lorenzo de Médicis en 1492, Miguel Ángel abandonó Florencia para dirigirse a Venecia y más tarde a Bolonia, no regresando a Florencia hasta 1495, pero dirigiéndose inmediatamente a Roma.

Y fue en Roma donde, en 1497, el cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas encargó al artista una Piedad de mármol para la basílica de San Pedro del Vaticano.

La Piedad de Miguel Ángel es una escultura de mármol realizada entre los años 1498 y 1499, y constituye uno de los mayores acercamientos a la perfección total en el campo del arte.

Aquí Miguel Ángel rompe con lo convencional y decide representar a la Virgen más joven que su hijo. Increíblemente bella, sostiene a Cristo yaciendo muerto sobre sus piernas.

Ambas figuras transmiten serenidad, y la Virgen, resignada, contempla el cuerpo sin vida de su hijo. El cuerpo de Cristo es anatómicamente perfecto, y el drapeado está trabajado a la perfección.

Frente al "non finito", esta escultura es el "finito" por excelencia. Toda la obra está excepcionalmente pulida y acabada, y con ella quizá Miguel Ángel alcanzó la verdadera perfección.

El artista estaba tan orgulloso de esta escultura que grabó su firma (este es el único mármol firmado por Miguel Ángel) en la cinta que divide el pecho de la virgen con las palabras: "Michael Angelus Bonarotus Floren. faciebat".

Descubra todo sobre la escultura de la Piedad.

4. David

David - Galería de la Academia, Florencia

En 1501 Miguel Ángel regresó a Florencia y de este regreso nació el David, una escultura de mármol de más de 4 metros, realizada entre 1502 y 1504.

Aquí la representación de David se hace antes del enfrentamiento con Goliat, por lo que Miguel Ángel innova al representar al personaje no victorioso, sino lleno de ira y dispuesto a enfrentarse a su opresor.

Davi es un ejemplo fascinante de la fuerza motriz de la obra de este artista, tanto en la elección del desnudo integral como en la turbulencia interior que la figura deja traslucir.

Esta escultura se convirtió para la ciudad de Florencia en un símbolo del triunfo de la democracia frente al poder de los Médicis.

Véase el análisis más detallado de la obra de Davi.

5 Tondo Doni

Miguel Ángel y Leonardo da Vinci fueron los dos nombres más grandes y expresivos surgidos del Renacimiento italiano. Aún hoy sus obras inspiran y causan admiración, pero en vida y siendo contemporáneos, ambos nunca estuvieron de acuerdo y se enfrentaron varias veces.

Tondo Doni - 120 cm -

Galería de los Uffizi, Florencia

Una de las principales razones del enfrentamiento entre los artistas fue el declarado desdén de Miguel Ángel por la pintura, especialmente la pintura al óleo, que consideraba sólo apta para mujeres.

Para él, el verdadero arte era la escultura, porque sólo a través de la fuerza física podía alcanzarse la excelencia.

La escultura era masculina, no permitía errores ni revisiones, a diferencia de la pintura al óleo, la técnica preferida de Leonardo, que permitía ejecutar el cuadro por capas, así como realizar correcciones constantes.

Para Miguel Ángel, en pintura sólo la técnica del fresco se acercaba a la primacía de la escultura, porque al ser una técnica ejecutada sobre una base fresca, exigía precisión y rapidez, no permitiendo errores ni correcciones.

Por ello, no es de extrañar que en una de las pocas obras de pintura móvil atribuidas al artista, el Tondo Doni, empleara la técnica del temple sobre tabla en "tondo" (círculo).

Esta obra, realizada entre 1503 y 1504, representa a una sagrada familia poco convencional.

Por un lado, la mano izquierda de la Virgen parece intentar asir el sexo de su hijo; por otro, alrededor de la familia, en primer plano, hay varias figuras desnudas.

Estas figuras, los "Ignudi", adolescentes aquí, volverán a representarse más tarde en otra obra de Miguel Ángel (en el techo de la Capilla Sixtina), pero con un aspecto más adulto.

6. frescos de la Capilla Sixtina

Capilla Sixtina

En 1508 Miguel Ángel comenzó una de sus obras más notables a petición del Papa Julio II, que le había llamado a Roma años antes para que el artista diseñara y realizara su tumba.

Conociendo su desdén por la pintura, fue contra su voluntad que Miguel Ángel aceptara la obra y durante la misma escribió varias cartas en las que mostraba su disgusto.

Sin embargo, los frescos de la Capilla Sixtina son una proeza impresionante que aún hoy deslumbra e impresiona al mundo.

El techo

Techo de la Capilla Sixtina - 40 m x 14 m - Vaticano

De 1508 a 1512, Miguel Ángel pintó el techo de la Capilla, un trabajo intensivo en el que dominó tanto la técnica del "buon fresco" como la del dibujo.

Para esta técnica es necesario pintar el yeso húmedo, lo que significa que el proceso debe ser rápido y no puede haber correcciones ni repintes.

Por eso impresiona imaginar que durante 4 años el artista pintó colosales y coloridas figuras tumbado, en un espacio de unos 40 por 14 metros, basándose únicamente en su dibujo.

Sufría por el goteo del producto que afectaba a su visión, y por el aislamiento y la incomodidad de la posición en la que trabajaba. Pero el resultado de estos sacrificios es uno de los mayores logros en el campo de la pintura.

El techo está dividido en 9 paneles, separados por una falsa arquitectura pintada. Estos paneles representan escenas del libro del Génesis, desde los comienzos de la historia del Hombre hasta la venida de Cristo, no estando representado Cristo en el techo.

El primer panel representa la separación de la luz y las tinieblas; el segundo, la creación del sol, la luna y los planetas; el tercero, la separación de la tierra y el mar.

La cuarta narra la creación de Adán; la quinta, la creación de Eva; en la sexta vemos la expulsión de Adán y Eva del paraíso.

El séptimo representa el sacrificio de Noé; el octavo, el diluvio universal; y el noveno y último, la embriaguez de Noé.

En los laterales de los paneles se representan alternativamente 7 profetas (Zacarías, Joel, Isaías, Ezequiel, Daniel, Jeremías y Jonás) y 5 sibilas (délfica, eritrea, cumanesa, persa y libia).

Enmarcando 5 de los 9 paneles del techo se encuentran los "ignudi", veinte figuras masculinas completamente descartadas, en conjuntos de 4 por panel.

En las cuatro esquinas del techo también están representadas las cuatro grandes salvaciones de Israel.

Lo que más destaca en esta impresionante composición de cuerpos humanos enmarcados por arquitecturas e incluso falsas esculturas que cuentan historias, es la expresividad, vivacidad y energía que transmiten.

Cuerpos musculosos, masculinos (incluso femeninos), contorsionados y coloridos se esparcen por el espacio en movimientos captados para la eternidad, y que tanta influencia tendrían en las tendencias y en los artistas que nacerían después de su realización.

El Juicio Final

Juicio Final - 13,7 m x 12,2 m - Capilla Sixtina, Vaticano

En 1536, más de veinte años después de terminar el techo, Miguel Ángel volvió a la Capilla Sixtina, esta vez para pintar la pared del altar.

Como su nombre indica, aquí se representa el Juicio Final, en una composición pictórica de unos 400 cuerpos pintados originalmente todos desnudos, entre ellos la Virgen y Cristo.

Este hecho dio lugar a una gran polémica durante años, que terminó con el cubrimiento de las partes íntimas de las figuras realizado por otro pintor, mientras Miguel Ángel aún vivía.

Miguel Ángel pintó esta obra de proporciones una vez más colosales, ya con más de sesenta años.

Tal vez por eso, o por el desencanto y las pasiones turbulentas que le asolaron, o tal vez por todo y por el contexto histórico también, esta obra es tan diferente de los frescos del techo.

En el centro, la figura de Cristo como juez terrible domina la composición.

A sus pies, San Bartolomé sostiene con la mano izquierda su propia piel desollada en el acto de su martirio, y sobre el rostro de esta piel caída y arrugada, Miguel Ángel pintó sus propios rasgos.

Junto a Cristo, la Virgen oculta el rostro de su hijo y parece negarse a ver cómo las almas condenadas son arrojadas al infierno.

Vea el análisis más detallado de los frescos de la Capilla Sixtina.

Tumba de Julio II

Tumba de Julio II - San Pietro in Vincoli, Roma

En 1505 Miguel Ángel fue llamado a Roma por el Papa Julio II, quien le encargó su tumba. Inicialmente su visión era la de un gran mausoleo, lo que complació enormemente al artista.

Pero más allá de la grandeza de la empresa, el Papa, de personalidad voluble, decidió que quería ser enterrado en la Capilla Sixtina.

Para ello primero la Capilla necesitó varios retoques, entre ellos pintar el techo y el altar, de ahí que primero Miguel Ángel se viera "obligado" a pintar los citados frescos de la Capilla Sixtina, como ya hemos visto.

Pero el proyecto inicial para la tumba del Papa sufriría nuevas modificaciones y concesiones. Primero, con la muerte del Papa en 1513, el proyecto se vio reducido, y luego aún más cuando la visión de Miguel Ángel chocó con las ideas de los herederos del Papa.

En 1516 se redactó un tercer contrato, pero el proyecto sufrió dos cambios más, en 1526 y luego en 1532. La resolución final determinó que la tumba consistiera sólo en una fachada, además de cambiar la ubicación a la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma.

Moisés

Tumba de Julio II - detalle de Moisés

A pesar de todos los contratiempos relacionados con esta tumba, y de que al final se llevó a cabo poco de lo que se había soñado para su concepción, Miguel Ángel trabajó para ella durante tres años intensamente.

Así, entre 1513 y 1515, Miguel Ángel esculpió algunas de las obras más impactantes de su carrera, y una de ellas, el Moisés, es la que hoy reclama la visita de quienes viajan a San Pietro para ver la tumba.

El Moisés es una de las esculturas que rivaliza en perfección con la Pièta del Vaticano, y junto con otras, como los prisioneros o los esclavos, estaban destinadas a decorar la tumba parietal.

En esta escultura destacan la valentía y el aspecto terrible de la figura (Terribilità), pues al igual que David posee una intensa vida interior, una fuerza que trasciende la piedra de la que se extrajo la figura.

Imponente y acariciando su larga y minuciosa barba, Moisés parece asegurar con su mirada y su expresión que todos los que incumplan serán castigados, pues nada escapa a la ira divina.

Prisioneros o esclavos

Esclavo moribundo y esclavo rebelde - Louvre, París

Junto con Moisés, una serie de esculturas conocidas como Prisioneros o Esclavos, surgieron de este período de trabajo intensivo.

Dos de estas obras están terminadas, el Esclavo moribundo y el Esclavo rebelde, y se encuentran en el Louvre de París. Debían colocarse en las pilastras del piso inferior.

De ellos destacan la sensualidad del Esclavo Moribundo y su postura de aceptación, no de resistencia ante la muerte.

Mientras tanto, el Esclavo Rebelde, con el rostro desencajado y el cuerpo contorsionado y en posición inestable, parece resistirse a la muerte, negándose a someterse, abriéndose paso para salir de la prisión.

Prisioneros o esclavos - Galería de la Academia, Florencia

De este periodo surgieron otras cuatro obras que glorifican el "non finito". La fuerza expresiva es impresionante en estas obras, pues vemos cómo el artista liberaba las figuras de los macizos bloques de piedra.

Y al dejarlas inacabadas, acaban funcionando como alegorías de uno de los temas que acompañaron y atormentaron toda la obra y la vida de Miguel Ángel: el cuerpo como prisión del alma.

A pesar de ser el más bello de todos, el cuerpo, la materia, era para él una prisión para el espíritu, del mismo modo que los bloques de mármol eran prisiones para las figuras que liberaba con su cincel.

Con este grupo de cuatro esculturas vemos cómo se libra esta batalla, y lo doloroso que parece ser este encarcelamiento para las figuras que se cubren o contorsionan con el peso o la incomodidad de esta esclavitud del alma.

Tumbas de Lorenzo de Médicis y Giuliano de Médicis

Tumba de Lorenzo de Médicis - 630 x 420 cm - Capilla de los Médicis, Basílica de San Lorenzo, Florencia

Ver también: Poema Congreso Internacional del Miedo, de Carlos Drummond de Andrade

En 1520, Miguel Ángel fue contratado por León X y su primo y futuro Papa Clemente VII, Giulio de' Medici, para realizar una capilla funeraria en San Lorenzo de Florencia que contuviera las tumbas de Lorenzo y Giuliano de' Medici.

Al principio, los proyectos entusiasmaron al artista, que se empeñó fervientemente en poder realizarlos todos a la vez, pero en el camino se presentaron diversos problemas y, al igual que en el caso de la tumba de Julio II, también en estos se perdió por el camino lo que se había soñado en un principio.

La idea de Miguel Ángel era crear una comunión entre escultura, arquitectura y pintura, pero las pinturas para las tumbas nunca se terminaron.

Tumba de Giuliano de' Medici - 630 x 420 cm -

Capilla de los Médicis, Basílica de San Lorenzo, Florencia

Mientras trabajaba en las tumbas de los Médicis, estalló una revolución en Florencia contra ellos y, en ese contexto, Miguel Ángel detuvo su trabajo y se puso del lado de los rebeldes.

Pero cuando la revuelta fue aplastada, el Papa le indultó con la condición de que reanudara su trabajo, y así Miguel Ángel volvió a trabajar para aquellos contra los que se había rebelado.

Al final, cuando Miguel Ángel abandonó definitivamente Florencia en 1524 para trasladarse a Roma, la obra quedó incompleta y las esculturas que había realizado fueron colocadas más tarde en su lugar correspondiente en la Capilla de los Médicis por otras personas.

Lo que ha llegado hasta nuestros días son dos tumbas parietales gemelas colocadas una frente a otra en la Capilla. Por un lado está la de Lorenzo en la que se le representa en posición pasiva, contemplativo, pensativo, acercando la figura a la forma en que había vivido el verdadero Lorenzo de Médicis.

En el otro lado, Giuliano, en su época un glorioso soldado, está representado de forma activa, con armadura y dotado de movimiento. La pierna izquierda parece querer levantar la colosal y poderosa figura.

A los pies de ambas se encuentran dos alegorías, Noche y Día (Tumba de Lorenzo de Médicis), Crepúsculo y Alba (Tumba de Giuliano de Médicis).

Día y Amanecer son las figuras masculinas y Noche y Crepúsculo las femeninas, y los rostros de las alegorías masculinas están inacabados, sin pulir.

9. las Últimas Piedades

Piedad - 226 cm, Museo de la Ópera del Duomo, Florencia

Miguel Ángel llegó a los últimos años de su vida con fuerza física y necesidad de trabajar, pero su espíritu arrastraba numerosos remordimientos y tormentos.

Porque llegó a la conclusión de que durante parte de su vida había perseguido un ideal equivocado, el ideal de la belleza y la perfección en el arte y la idea de que a través de ese arte se llegaría a Dios.

Así, sus últimos años se centran en su otra pasión, lo divino, y quizá por eso sus últimas obras tienen el mismo tema y quedaron inacabadas.

La Piedad y la Piedad Rondanini son dos mármoles inacabados, y el Rondanini en particular es profundamente expresivo e inquietante.

Como alegoría de todo el sufrimiento y el espíritu turbulento que Miguel Ángel llevó toda su vida, y especialmente en esos últimos años de su vida y de su creación, esculpió con sus propios trazos el rostro de la Virgen que lleva a su hijo muerto, en la Piedad Rondanini.

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Abandonando así el ideal de belleza humana que le había perseguido toda su vida, y diciendo con esta obra que sólo en la entrega total a Dios se puede encontrar la felicidad y la paz.

En 1564 Miguel Ángel murió a la edad de 89 años, y hasta el final conservó sus capacidades físicas y mentales.

El Papa había expresado su deseo de enterrarlo en San Pedro de Roma, pero Miguel Ángel había dejado claro antes de morir que quería ser enterrado en Florencia, de donde había partido en 1524, regresando así a su ciudad sólo después de su muerte.

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    Patrick Gray
    Patrick Gray
    Patrick Gray es un escritor, investigador y empresario apasionado por explorar la intersección de la creatividad, la innovación y el potencial humano. Como autor del blog "Culture of Geniuses", trabaja para desentrañar los secretos de equipos e individuos de alto rendimiento que han logrado un éxito notable en una variedad de campos. Patrick también cofundó una firma de consultoría que ayuda a las organizaciones a desarrollar estrategias innovadoras y fomentar culturas creativas. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones, incluidas Forbes, Fast Company y Entrepreneur. Con experiencia en psicología y negocios, Patrick aporta una perspectiva única a su escritura, combinando conocimientos basados ​​en la ciencia con consejos prácticos para lectores que desean desbloquear su propio potencial y crear un mundo más innovador.