Techo de la Capilla Sixtina: análisis detallado de todos los paneles

Techo de la Capilla Sixtina: análisis detallado de todos los paneles
Patrick Gray

En la Capilla Sixtina se encuentra una de las obras más emblemáticas de todo el Renacimiento italiano: el techo de la Capilla Sixtina.

Las pinturas fueron realizadas con la técnica del fresco por Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), y encargado por el Papa Julio II (1443- 1513).

Como Miguel Ángel se reconocía escultor por encima de todo, aceptó con reticencia la invitación del Papa.

La obra comenzó en 1508 y se terminó en 1512, en lo que fue una hazaña impresionante, teniendo en cuenta que el artista realizó el trabajo solo y tumbado.

Análisis de las pinturas del techo

La división de techo cuenta con nueve paneles La elección del tema bíblico establece un vínculo entre los inicios de la humanidad y la venida de Cristo, que no está presente en la composición.

Techo de la Capilla Sixtina

Los dibujos están influidos por la escultura y se aprecia la importancia que tienen en la obra del artista. Asimismo, las imágenes revelan la maestría de Miguel Ángel en la representación y el conocimiento de la anatomía humana.

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Predominan las figuras fuertes, enérgicas y poderosas, pero también elegantes. Son seres musculosos que se contorsionan de forma casi imposible, dando movimiento y energía a toda la composición.

Esta vivacidad compositiva es sin duda un reflejo del momento histórico que vivía Italia y que pronto se extendería por toda Europa. No sólo se respiraba el renacimiento del arte clásico, sino también un redescubrimiento de la filosofía griega y del humanismo romano.

Nacía una nueva Europa, que dejaba atrás la Edad Media y entraba en la Edad Moderna, donde el centro del "mundo" pasaba a ser el Hombre.

El primero representa la separación de la luz y las tinieblas; el segundo, la creación del sol, la luna y los planetas; y el tercero, la separación de la tierra y el mar.

La creación de Adán

El cuarto panel es la creación de Adán, una de las imágenes más difundidas y reconocidas en el mundo. Aquí Adán está inclinado hacia atrás, como con pereza. Parece obligar a Dios a un último esfuerzo para poder tocar sus dedos y darle así la vida.

A diferencia de la figura "perezosa" de Adán, Dios está dotado de movimiento y energía e incluso su cabello se mueve con una brisa invisible.

Bajo su brazo izquierdo, Dios lleva la figura de Eva, que sostiene su brazo y espera pacientemente a que Adán reciba la chispa de la vida para que ella también pueda recibirla.

Creación de Adán

Véase el análisis más detallado de La creación de Adán.

En el quinto panel (y central) vemos por fin la creación de Eva. En el sexto, la expulsión de Adán y Eva del paraíso. En el séptimo, el sacrificio de Noé. En el octavo, el diluvio universal y en el noveno, que es el último, la borrachera de Noé.

Bordeando los paneles tenemos también la representación alterna de Profetas (Zacarías, Joel, Isaías, Ezequiel, Daniel, Jeremías y Jonás) y Sibilas (Se trata de una yuxtaposición de cristianismo y paganismo, en lo que algunos historiadores consideran una forma sutil que encontró el artista para criticar a la Iglesia.

Los paneles están enmarcados por elementos arquitectónicos pintados (incluidas figuras escultóricas) con un realismo extremo y con los que interactúan las figuras. Algunas se sientan, otras se apoyan, en estos elementos de arquitectura falsa.

En las cuatro esquinas del techo tenemos también la representación de las grandes salvaciones de Israel.

Dispersas por el centro de la composición, vemos también veinte figuras masculinas desnudas sentadas, conocidas como " Ignudi ", nombre atribuido por el propio artista.

Ignudis, figuras masculinas desnudas, en la Capilla Sixtina

Estas figuras aparecen rodeando cinco de los nueve paneles del techo, concretamente en la "embriaguez de Noé", el "sacrificio de Noé", la "creación de Eva", la "separación de la tierra del mar" y la "separación de la luz y las tinieblas".

Sin embargo, no se sabe exactamente qué representan ni el motivo de su inclusión.

El Juicio Final

Más de veinte años después, Miguel Ángel volvió a la Capilla Sixtina para realizar El Juicio Final (1536-1541) un fresco pintado en la pared del altar de la Capilla.

Esta obra fue encargada a Miguel Ángel por Papa Clemente VII (1478-1534), pero las obras no comenzarían hasta después de la muerte de ese Papa y ya bajo el pontificado de Pablo III (1468- 1549).

En contraste con la vitalidad, el ritmo y la energía radiante de los frescos del techo, la representación del Juicio final es sombrío. En total hay trescientos noventa y un cuerpos originalmente representados desnudos (incluida la Virgen).

El Juicio Final pintado después de la realización de los frescos del techo de la capilla

La composición está dominada por la figura central de un Cristo implacable y temible. En el fondo tenemos un cielo desgarrado y en la parte inferior vemos cómo los ángeles tocan sus trompetas anunciando el Juicio Final.

Al lado de Cristo, la Virgen mira hacia otro lado, negándose a ver el caos, la miseria, el sufrimiento y cómo todos los pecadores serán arrojados al infierno.

Una de las figuras representadas es San Bartolomé que sostiene el cuchillo de su sacrificio en una mano y su piel desollada en la otra.

Se cree que Miguel Ángel elaboró su autorretrato sobre la imagen del santo, por lo que el rostro deformado con la piel desollada es el del propio artista, quizá una metáfora para representar su alma torturada.

San Bartolomé en detalle desde Juicio final

Las diferencias entre las pinturas del techo y las de la pared del altar están relacionadas con la distinta contextualización cultural y política del momento en que se realizó la obra.

Europa vivía una crisis espiritual y política, comenzaban los años de la Reforma, que llevarían a la separación dentro de la Iglesia. Parece que la composición sirve de advertencia de que los enemigos de la Iglesia están condenados. No hay perdón, pues Cristo es implacable.

Como todas las figuras de esta obra estaban pintadas sin ropa, hubo polémica en los años siguientes. Muchos acusaron a la Iglesia de hipocresía y consideraron el cuadro escandaloso.

Durante más de veinte años, los acusadores de la obra difundieron la idea de que la Iglesia incluía una obra obscena en una de sus principales instalaciones, haciendo campaña para que las pinturas fueran destruidas.

Temiendo lo peor, la Iglesia, en la persona de Papa Clemente VII (1478-1534) encargó el repintado de algunos desnudos. Se trataba de preservar la obra original, evitando así su destrucción. Este trabajo fue realizado por Daniele da Volterra en el año de la muerte de Miguel Ángel.

Obras de restauración

Las intervenciones de restauración más recientes (1980 y 1994) en la Capilla Sixtina, centradas en la limpieza de los frescos, revelaron una faceta de Miguel Ángel que estaba siendo ignorada involuntariamente por los historiadores.

Hasta entonces, en esta obra sólo se valoraban la forma y el diseño, centrándose en el dibujo en detrimento del color. Sin embargo, la limpieza de siglos de suciedad y humo de velas, reveló una vibrante paleta de colores en la obra original de Miguel Ángel.

Así quedó demostrado que el artista no sólo era un genio del dibujo y la escultura, sino también un excelente colorista al nivel del mismísimo Leonardo Da Vinci.

Detalle de antes y después de la restauración

La Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina (1473-1481) se encuentra en la residencia oficial del Papa, el Palacio Apostólico del Vaticano. Su construcción se inspiró en el Templo de Salomón. En ella el Papa oficia misa ocasionalmente, y es también donde se reúne el Cónclave para elegir al nuevo Papa.

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La Capilla sirvió de taller a algunos de los más grandes artistas del Renacimiento italiano, no sólo Miguel Ángel, sino también Rafael , Bernini e Botticelli .

Pero es innegable que hoy en día la mera mención del nombre de la Capilla nos remite a sus grandiosos frescos del techo y el altar ejecutados por Miguel Ángel.

Miguel Ángel Buonarotti

Miguel Ángel (1475-1564) fue uno de los iconos del Renacimiento y está considerado uno de los mayores genios del arte de todos los tiempos.

Considerado como un personaje difícil, su genio fue, sin embargo, reconocido cuando aún era muy joven. Asistió al Domenico Ghirlandaio y a los quince años Lorenzo II de Médicis lo tomó bajo su protección.

Humanista y fascinado por la herencia clásica, la obra de Miguel Ángel se centra en la imagen humana como medio esencial de expresión, lo que también queda patente en sus esculturas.

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    Patrick Gray
    Patrick Gray
    Patrick Gray es un escritor, investigador y empresario apasionado por explorar la intersección de la creatividad, la innovación y el potencial humano. Como autor del blog "Culture of Geniuses", trabaja para desentrañar los secretos de equipos e individuos de alto rendimiento que han logrado un éxito notable en una variedad de campos. Patrick también cofundó una firma de consultoría que ayuda a las organizaciones a desarrollar estrategias innovadoras y fomentar culturas creativas. Su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones, incluidas Forbes, Fast Company y Entrepreneur. Con experiencia en psicología y negocios, Patrick aporta una perspectiva única a su escritura, combinando conocimientos basados ​​en la ciencia con consejos prácticos para lectores que desean desbloquear su propio potencial y crear un mundo más innovador.